Ayer fuimos a cenar a casa de unos amigos (una de las "ventajas" de tener un bar es que tu vida social se reduce a los lunes noche). Comimos un steak tartare buenísimo, bebimos un vino de la Valtellina que no estaba mal (hubiera preferido un riojita, pero no vamos a ponernos puntillosos), acabamos con una Sacher torte y Pedro Ximenez. No esperaba menos de Michela...
La conversación nos llevó al por qué queremos volver a Barcelona (o rodalies). La verdad es que no se resume en un único motivo, son tantas cosas. Sin contar los motivos afectivos de familia y amigos, está el hecho que no quiero vivir en un país donde la gente todo lo resume con un "Siamo in Italia". No quiero vivir en un país donde el que triunfa es el mafioso, el trepa, la que tiene una 100 de pecho aunque tenga electroencefalograma plano. Un país donde los niños de mayores quieren ser Fabrizio Corona y las niñas Belen Rodriguez
Italia es un país precioso, con una gran cultura y una mejor gastronomía, que vive de renta de lo que fue sin darse cuenta de la imagen que en este momento está dando al exterior.
El ombligo de uno siempre es el más bonito si solo te miras el tuyo...
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